A Vicente Fernández lo conocí cuando mi padre me llevó a la pequeña tienda de ropa que él tenía en Atemajac, el negocio estaba ubicado en esa estrecha calle, no sé su nombre, que ya ampliada pocos años después vendría a ser la calzada del federalismo, y casi esquina con Monte Casino, ahora Fidel Velázquez. En su negocio, un local en una finca de adobe, vendía ropa de charro y campirana, camisas, sombreros y cinturones, mi padre iba a comprar camisas, a mi entonces me gustaban las camisas de charro, de esas con "huesitos" y los cinturones anchos. Vicente atendía, ahí me saludó y me dio la mano, en aquella primera mitad de la década de los setentas no era aún para nada la figura internacional en la que se vendría a convertir, pero ya era famoso. Por varios días traje eso de "Me saludó Vicente Fernández", y pese a yo tener cinco o seis años nunca se me olvidaría la anécdota. Además de ese recuerdo también me quedarían algún par de fotos mías vistiendo como charro, con la ropa comprada en su tienda. QDEP Chente, el charro cantor que nos tocó a los de mi generación.
(Publicado en Facebook el domingo 12 de diciembre del 2021)
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